Ficha de Dokko

Dokko nació en egipto, aunque su padre era de ascendencia japonesa. Su madre, era nativa del antiguo país de las pirámides. Una unión poco habitual que dio como resultado a un muchacho de unos peculiares rasgos, aunque lo mas sobresaliente, su pelo y ojos grises, se dieron debido a una anomalía genética proveniente de su progenitor. Todo esto junto daba al joven Dokko un aspecto bastante extraño, y, sin embargo, bastante atractivo. De cualquier modo, la infancia de este particular infante fue, desde el punto de vista de la vida hogareña, bastante normal, pero, tomando en cuenta como era Dokko en las calles, todo apuntaba a que esta historia iba a terminar muy mal.
El chico era problemático, buscaba siempre peleas y trataba de llevarse el mundo por delante. No parecía importarle demasiado el bienestar ajeno, ya que trataba a toda costa de machacar a sus enemigos con todas sus fuerzas. Era un tipo rudo
Su fama se hizo grande, a la edad de 20, en los bajos fondos de El Cairo, lo cual es decir bastante teniendo en cuenta la violencia que había por esos lados en aquel tiempo. El estab complacido. Hacía ya algunos años que sus padres habían muerto debido a un accidente ferroviario. No tenía que rendirle cuentas a nadie y eso le gustaba.
Algo que el chico nunca le había contado a nadie, era que mas de una vez se había tenido que enfrentar, o al menos, uír de lo que el imaginaba como espectros de su imaginación. Fantasmas de rostro de hueso que intentaban perseguirlo y deborarlo. El, conociendo todos los atajos y escondites de la ciudad, había logrado eludirlos, hasta que, aquella tarde, en su mismo cumpleaños, todo salió mas. Muy mal
Luego de una pelea, en donde el muy maldito había sacado una navaja y casi le cercena el ojo, el se encontraba en un callejón, recuperándose un poco. Se había limpiado la sangre de su ropa con la túnica del estúpido que había intentado matarlo a cortes (ahora muerto), aunque todabía le quedaba un mal sabor de boca. Quizás todo esto sumado hizo que no se diera cuenta de que un inmenso monstruo con una cara como calavera se acercaba por atrás y quebraba su corazón con increíble facilidad. Si, estaba muerto...
Una vez reabrió los ojos, se encontraba en el rukongai, aunque el no sabía como se llamaba. Solo vio un cartel que decía "distrito 80". Qué demonios sería eso? no le importaba. Solo quería salir de ese lugar, aunque, recordando poco a poco los hechos, reconoció que lo mas seguro sería que estuviese muerto (no le importaba si era cielo o infierno. Al menos era plenamente consciente de su cuerpo. Con eso vastaba)
Incontables luchas se sucedieron en ese lugar. Años pasaron, en los cuales el se enteró de todo lo relacionado a ese mundo, shinigamis incluídos. Le pareció extraño no haberse convertido en un Hueco, aunque estaba agradecido de ello. De esta manera, como un alma mas libre, podría ser consciente de sus propios actos por el resto de la eternidad... muy dvertido y, por sobre todo, muy útil
Años después, un escuadrón se lo llevó para realizar el entrenamiento de shinigami. Al parecer, su poder espiritual era bastante alto, por lo que podría convertirse en uno bastante bueno. Efectivamente lo logró. Ahora solo quedaba matar huecos. Lo mas divertido de todo, obviamente...
Debido a su instinto asesino y a sus ganas de pelear, Dokko fue asignado al 11º escuadrón en donde cumple en este momento sus funciones. Solo queda ver que le depara el destino a este terrible cabrón. Se dice que el espíritu de un demonio increíblemente poderoso habita en su cuerpo. El mismo al parecer se ha fusionado con su espíritu, convirtiéndose este ser en el espíritu de su zampakutoh