Nombre: Heiwa no setsō
(平和と戦争 Paz y guerra).
Sexo: Hombre
Rango: Shinigami Raso.
Escuadrón: 8avo escuadrón.
Descripción física: Es un chico de aproximadamente 18 o 19 años de edad, rasgos japoneses notables, cabello color blanco, largo caído hacia delante, y levantado atrás, ojos color rojos, pupila totalmente color sangre, lo cual le da un aspecto algo intimidante. Traje shinigami modificado, con una pequeña bufanda blanca rodeando su cuello, y ambas mangas recortadas, ya que entrena bastante con su Zampakutoh (cosa que se podría ver diario en rol), 1.79 metros de altura, con un peso aproximado de 70 kilogramos, teniendo músculos definidos, en abdomen, pecho y piernas, varios amuletos de cromo, uno por encima de los dedos de los guantes blancos que siempre usa, en el dedo medio de la mano derecha, simulando a un anillo con forma de serpiente, y otro, en su brazo derecho, donde se encuentra el triceps, como si una serpiente subiera hasta su hombro.
- Detalles Fisicos:
Descripción psicológica: Es un chico extremadamente amable, ingenuo, que no le niega una sonrisa a nadie, bastante respetuoso a sus mayores, aunque irónico con los mismos, un tanto sarcástico, dando la apariencia de un chico bastante amigable y tonto, contradiciendo como es, prefiere andar solo, a veces habla con el viento, le encanta la tranquilidad y la frescura.
En el aspecto de combate puede dejar KO a un oponente rápidamente con su bastón, siempre disculpándose de antemano y pidiendo compasión, es bastante bueno en batalla, pero no lo presume, al contrario, cree que cualquiera podría ganarle. Cuando las batallas se ponen serias puede llegar a pelear como un maestro, superando las mismas expectativas que tiene sobre el, no es racista ni clasista, podría fácilmente conversar con un arrancar sin darse cuenta de su condición, muy pacifico, en extremo. Otra cualidad que cabe resaltar es la habilidad de interpretación tan pulida que domina, puede interpretar cosas con facilidad, imaginándose, dependiendo de la personalidad de la persona y del contexto, cosas que podrían pasar en el futuro, siendo muy bueno en el arte de la deducción, estrategias, y combates grupales.
Zampakutoh: Tomodachi Bajirisuku
(友達バジリスク Vista del Basilisco).
Zampakutoh Sellada: La Zampakutoh es completamente incomparable a las demás existentes en el seiretei, ya que Heiwai, fue adiestrado como un monje, obediente, cortés, honorable, para nada incauto, lo que define una personalidad en batalla completamente despreocupada. En pocas palabras no las toma en serio, o no puede simplemente actuar de manera violenta, por ello, su “Reflejo del alma” es un bastón que asemeja a una serpiente bicéfala en ambos lados, acentuando su habilidad con reptiles, con una cabeza saliendo de cada extremo, también justo en el medio hay una especie de agarradera donde se pueden ver con claridad dos cabezas de reptil formadas de una forma estética que le priva de la posibilidad de herir contundentemente a un rival, creando solo moretones en el mismo. El bastón mide 2 metros, 8 centímetros de ancho, con un peso aproximado de 8.5 kilogramos, de un color grisáceo claro en las partes lisas, y de un tono más oscuro en los detalles de las salientes y el medio, el material del bastón es bastante rígido.
Su primer As bajo la manga en su modo sellado, seria la “verdadera forma” de aquel “bastón”, el cual se divide en dos (2) katanas de un mango bastante amplio, de 1.80 metros cada una, siete (7) centímetros de ancho cada hoja, de un color grisáceo espejo, con ondulaciones en semi-relieve que abarcan todo el filo, no solo la Zampakutoh del individuo cambia, también su manera de batallar, donde en primera instancia se le puede subestimar, usando movimientos leves y a la vez torpes, como un típico novato. Para activar su técnica superior una oleada de reiatsu, tiene que salir del cuerpo del sujeto, para que la katana reconozca su energía y se libere a si misma, esto, por lógica, indica que solo el puede usar la verdadera forma de su katana, ahora sus movimientos son mucho mas rápidos comparados a los anteriores, y no solo se defiende (lo que usualmente hace con el bastón) si no que también ataca a lugares claves donde afectaría más al organismo y al desarrollo de la batalla, siempre con la más mínima intención de liquidar. Para mostrar esta forma el individuo debe luchar prácticamente a muerte, o que su honor penda de su derrota, ya que, nadie la ha visto, ni siquiera al hacer el examen de aprobación Shinigami.
- Zampakutoh en modo sellada:
Especialidades en las Artes Shinigamis: - Zanjutsu: Maestro.
- Hakuda: Básico.
- Hohou: Maestro.
- Kidoh: Principiante.
Palabras de Liberación del Shikai: "Bashirisuku no kinzoku wa, anata no nagai nemuri kara tachiagatte anata no me o hirakimasu."
(バシリスクの金属は、あなたの長い眠りから立ち上がってあなたの目を開きます。Basilisco de metal, levantate de tu largo sueño, abre los ojos.) Shikai: El principal poder de la Zampakutoh radica en su poder elemental, “Kuromu no seigyo (クロムの制御 Control del cromo)”, tal como lo dice su nombre, se basa en el control el metal más duro sobre la faz de la tierra por los momentos
–Antes de que llegue el Adamantium-, además del mas corrosivo y del que menos se conoce. La Zampakutoh cambia drásticamente, tomando forma de una espada bastante amplia y “medieval” con una hoja fina y perfecta para el cuerpo a cuerpo, pudiendo crear heridas bastante profundas, su hoja tiene una pequeña onda que se despega a la mitad para culminar encogiéndose en una punta afilada como los dientes de un carnívoro, su mango es largo con varias agarraderas de metal, al igual que su forma inicial, reacciona al reiatsu de la persona que lo domina, posee dos agujeros, uno en la punta de la espada, y otro semi circulo al principio de la misma.
La espada en su forma Shikai mide 2 metros de largo, con un acho de cuarenta (40) centímetros, dotándole de un amplio rango de ataque, un peso aproximado de 12 kilogramos, detalles color espejo en la hoja, con unas letras gravadas en ella, se desconoce lo que menciona.
- Zampakutoh en modo Shikai:
Con un valor en la escala de Mohs de 8,5, el cromo es el elemento metálico de mayor dureza. Es el que produce el color rojo de los rubíes, la ventaja es, que es en realidad un tercio más liviano que su competidor el “Titanio”, y tiene muchos más usos en la vida cotidiana de lo que se imagina, el usuario tiene la habilidad inicial de crear figuras a partir de su katana y este metal, cualquier figura imaginable que no exceda los parámetros 60x60 centímetros, ya que es muy difícil crear ese tipo de solidificación a partir de una espada. El proceso por el cual el reiatsu del usuario para a ser solidificado en metal es desconocido, siendo esta la habilidad de nacimiento de su katana.
- Imagen del metal:
Espiritu de la Zampakutoh: Es un basilisco gigante con escamas de metal, vive en el desierto que él mismo crea al romper piedras y quemar el pasto. Esto sucede ya que el Basilisco exhala fuego, seca las plantas y envenena las aguas. Sin embargo su característica más distintiva sería su capacidad de matar con su mirada. De este modo se dice que quien mirara a los ojos de un basilisco, moriría y si lo ve por un reflejo quedara petrificado; pero si el Basilisco se veía reflejado en un espejo, se mataba a sí mismo.
- Imagen del Basilisco:
Metarubura (メタルブラRáfaga Metálica): El usuario tiene la capacidad de hacer blandir su espada con fuerza, para que luego, de la misma, una pequeña ráfaga de reiatsu de cromo salga desde la punta de la hoja disparada de manera muy potente simulando “un hilo” de metal por lo fino y discreto de aquel ataque, con forma de media luna y con una fuerza ofensiva capaz de crear cortes profundos donde sea enfocado el ataque, acompañado de un sonido agudo y potente al escuchar como “corta” el viento, simulando fuegos artificiales. Al ser un metal fuerte, no significa que pueda cortar otras Zampakutohs, ya que estas tienen un alma residiendo dentro de ellas, tampoco podrá atravesar escudos de la nada, su potencia esta dirigida a un ataque básico y contundente, no a uno rudimentario capaz de hacer cosas imposibles, al menos que sea usada una cantidad considerable de reiatsu para ello, reacciona al fuego en altas temperaturas (2000 grados para ser mas exactos), como punto débil ante estos ataques un punto de ebullición, el cual cambia de estado la materia del ataque, pasando a ser liquida en vez de sólida, pero igual, poseyendo control de dicho metal.
Kinzoku Kabe (金属壁 Muro metálico): Se basa en su poder para crear y moldear el elemento en su mínima expresión, al blandirla, esta vez de manera pasiva, más hacia adentro del cuerpo, una pequeña capa de este metal se crea frente al usuario, “levitando” podría decirse, ya que si el metal se aleja 20 o 30 metros del cuerpo de Hikari se vuelve inútil, protegiéndolo más que todo de ataques lejanos, rompiéndose por el rango que los separe y la fuerza del ataque, por lo menos desciende el daño causado por un ataque o lo hace nulo, dependiendo de con quien se enfrente, por lógica, este muro puede ser reforzado a su máxima expresión, pero esto llevaría a un exceso de reiatsu por parte del individuo que lo dejaría inhabilitado en el combate. También, esta técnica puede combinarse con la primera “Metarubura”, en donde, el personaje blande de manera ofensiva y el muro se crea, para cualquier uso peculiar, como proteger aliados, crear muros que separen a personas, etc.. no es un método de ataque, ya que, al usar ambas técnicas se crearía un muro con determinado grosor, que no serviría para cortar al enemigo, ni tampoco para aprisionarlo en cromo, ya que el metal apenas sale de su katana y toca el oxigeno se vuelve extremadamente duro.
Historia: Heiwa no setsō
(平和と戦争 Paz y guerra), joven nacido en un pueblo llamado Aironia
(アイロニア Ironía)-Japón, en el siglo X donde empezaba la enfermedad del poder y el infesto de los terratenientes en los pueblos de Asia. Plagado de serpientes, de diferentes razas y colores, el pueblo era ahuecó, con solo 356 habitantes y una simple catedral, sin padres y adoptado por el monje del pueblo “Masamune”, la infancia de aquel infante no fue normal, debido a la influencia de los dioses, su poder sobrenatural era palpado en su inocencia, aquellos ojos carmesí, tez pálida y pelo albino hacían temblar al más poderoso de los guerreros, contradiciendo a su apariencia, Heiwa permaneció como un joven de bien, ayudando a los ciudadanos de la aldea en sus tareas diarias, siempre, con aquella sonrisa que despertaba un alegre sentimiento.
Con ropajes viejos y maltratados, caminaba todos los crepúsculos hacia el horizonte, donde se encontraba una colina, simple y solitaria, como las demás cosas del pueblo. Descalzo siempre la trepaba, hasta llegar a lo más alto de la misma, teniendo una vista espectacular, de lo que se esperaba, fuera el mundo de la guerra, en esa misma eminencia residían millones de serpientes, especies en extinción y sumamente venenosas que extrañamente reaccionaban con tranquilidad a las visitas diarias de aquel infante.
Un día friolento le provoco subir a observar la aldea desde su punto más alto, siempre sonriente, aunque sus pies sangraran por el esfuerzo de rasgarlos contra las piedras baldías, ese día ocurrió algo insólito para aquel niño, de aproximadamente seis años de edad, una especie reptiliana, andando por los lugares como la dueña del mismo, de piel negra y extrañamente dura para un espécimen de su tipo, tan grande como un templo, Heiwa se impresiono al punto de casi saltar de aquella aglomeración de tierra, pero, algo cambió su parecer, una voz, casi imitando a un susurro, realmente aterradora contuvo aquel salto, una voz terrorífica y que solo despertaba un deseo inminente de muerte. Los ojos del chico se abrieron como platos, mientras la brisa del lugar movía violentamente su pelo blanco y su indumentaria, algo cambio en aquel momento, un miedo concreto atravesó sus venas como un veneno, su cuerpo empezaba a perder el control, de tal manera que casi cae al vació, de no ser por un acto reflejo de sus piernas, que lograron voltearse en el momento preciso, cayendo de rodillas frente a aquella bestia. Por segundos espero ser devorado, cerrando aquellos pequeños ojos, pero luego, escuchó la respiración tranquila de lo que sea que estuviera frente a el, sus latidos empezaron a ralentizarse mientras sus ojos eran abiertos con sumo cuidado y eran de encontrarse con aquello a lo que medio mundo temía.
Ojos amarillentos, cuerpo de reptil gigante, y dientes del tamaño de espadas, pudo detallarlo con facilidad, era un Basilisco, y acababa de ver sus ojos, había sido completamente impresionante el hecho de no haber caído ante ese acto de poder, el Basilisco sorprendido rodeo el cuerpo de la criatura con su cuerpo, y esa noche, le ayudo a bajar creando un camino por el pasto seco, ¿era gratitud tal vez?, que por fin, alguien hubiera roto aquella soledad de la reina de las serpientes. Su jornada empezó allí, dominó y amaestro a aquel monstruo, para que pronto fuera conocido como “Hebi no ō
(蛇の王Rey de las serpientes)”, pudiendo soportar la mirada del basilisco, y hasta su propio veneno mortal, teniendo una especie de protección natural e innata a venenos específicamente provenientes de reptiles. Murió debido a un ataque a la guarida del Basilisco, por “el caballero de los espejos”, matándolo y a la vez matando al portador de la bestia, tal vez por el fuente vinculo que ambos tenían.