Nombre: Kudo, Fujimaru.
Sexo: Hombre
Rango: Vizard
Zampakutoh: Niji (Arco Iris). Una Katana común, con una sola diferencia. La guarda, no es circular, como la mayoría de estas espadas, sino que posee forma rectangular y ocupa un poco más de espacio de lo que normalmente hace un tsuba. Cabe añadir que en cada uno de los cuatro extremos de la guarda, pequeños agujeros de forma circular dan un decorativo adicional.
El color de la empuñadura es de color azul oscuro, mientras que el color de su vaina es el negro.
Shikai: Al decir las palabras de liberación correspondientes, la espada se suelta de la mano de su portador y se eleva unos metros por encima de su cabeza, recubierta por una “aura” de Reiatsu de color azul, para después dividirse en siete katanas. Luego, la guarda desaparece y el filo se tuerce, de manera que quede enfrente de la empuñadura, proceso que ocurre con cada una de las katanas. Este proceso no lleva más de unos segundos. Desde el momento de activación del Shikai, hasta que se utiliza la primera técnica de este, el usuario permanece indefenso.
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Shihai(Control): Permite mover a voluntad las siete partes de Niji, usando una o ambas manos, que sin esta técnica se encontrarían flotando en el aire, sin moverse. De usarse dos manos, la velocidad de estas armas voladoras incrementa a casi el doble.
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Iro(Color): Cada una de las partes de Niji es recubierta por un color, incrementando su superficie y permitiendo cortar por todos sus lados. Los colores son: Rojo, Naranja. Amarillo, Verde, Azul, Celeste y violeta.
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Aoi(Azul): Una de las partes de Niji, la que correspondería al color azul, es atraída rápidamente a la mano derecha del portador. Usar esta técnica desactiva temporalmente “Iro” en todas las piezas de la Zampakutoh.
Palabras de la liberación: Wakareru, Niji (Separate, Arco Iris)
Bankai: Para liberar el bankai, se requiere una concentración considerable. El usuario cierra los ojos y piensa en un motivo, algo o alguien, por el cual es necesario liberar semejante poder. Cuando está seguro, abre los ojos y grita Bankai, junto con las palabras de liberación correspondientes. Dicho esto, se produce una especie de “explosión” y el ambiente es recubierto en un humo denso, con una visibilidad muy limitada. Al dispersarse, la nueva forma del usuario es revelada.
Sobre su hombro derecho, un adorno similar a cabeza de un dragón de color gris. Sobre su hombro izquierdo, un pelaje del mismo color. Desde la cintura hasta casi la altura del tobillo, posee una capa de color blanco, asegurada al cuerpo mediante las vendas que utilizan los shinigamis como cinturón. A pesar de ya no ser un shinigami y de usar ropas diferentes a las de estos, el “cinturón” sigue apareciendo con cada transformación.
Su espada ahora esta hecha de Reiatsu puro, y es capaz de cortar cosas fácilmente. Si un oponente no mantiene la concentración en su espada, Niji, la cortará como si nada. Al estar hecha de Energía Espiritual la espada no tiene peso.
Finalmente el último distintivo, es el objeto circular, rodeado por más energía espiritual que flota a un lado de su cabeza. Esta es parte de la forma materializada de la Zampakutoh, y no hace más que mostrar que esta ahí y dar apoyo. No existe ningún tipo de comunicación durante la liberación.
A pesar de brindar más facilidad en el movimiento debido a la falta de peso por parte de la zampakutoh, el elemento principal de esta liberación es el “poder”
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Ryuu Zesshou(Estocada del Dragón): La espada se estira considerablemente, hasta unos cinco metros. Luego se la coloca en posición vertical, de manera que apunte al cielo, para después trazar un fuerte tajo de arriba abajo, que libera una onda de energía (similar al Getsuga Tenshou) que se abre el camino por dos metros más. Finalizado el ataque, la espada vuelve a su tamaño normal. Este ataque sigue una línea horizontal, por lo que no se puede lanzar en diagonal. De ser sumamente afortunado, al estirarse ka espada por primera vez, atravesará y atrapará al rival, que luego recibirá la segunda parte del ataque.
Palabras de la liberación: Bankai! Ryuu Niji (Bankai! Dragón Arco Iris)
Máscara Vizard:Mundo Interno:Su mundo interno es básicamente ese. El espacio, vació en casi su totalidad. Por debajo se puede ver el planeta Tierra. Además de este no hay otra cosa allí.
Forma materializada de Niji:Una esfera parlante que emite luz blanca.
Aspecto:Un chico de tanto estatura como compostura media.
Fujimaru tiene el cabello de un color mostaza, en un estilo bastante peculiar y con una gran masa de cabello. Posee tres flecas, dos de ellas a los costados y una por el medio que llega hasta la mitad de su nariz.
Sus ojos son de un color azul claro, que demuestra seriedad y pasión.
Además del atuendo shinigaimi común y corriente, Fujimaru utiliza dos adornos en su pelo, de un color grisáceo en la raíz de dos de sus flecas. También usa un pañuelo de color rojo, atado a una parte escocida de su cabello, y que descansa comúnmente en su hombro izquierdo.
Luego de su conversión en Vizard y su deserción al mundo humano, Fujimarú se vio obligado a cambiar su vestimenta, puesto que era de una facción a la que él ya no podía pertenecer. Conservó sus adornos y su pañuelo, pero todo lo demás fue drastico.
Una remera blanca y de manga corta, recubierta por un buzo azul oscuro con cierre en el medio, que lo asemeja a una campera. En la parte baja, un pantalón pesquero largo azul, que mediante un sistema de cierres puede convertirse en corto. Para terminar el look, zapatillas azules sin cordón, más bien un cierre que permite un rápido cambio. Sus medias, a pesar del cambio, siguen siendo blancas.
Carácter: Fujimaru es un tipo capaz de todo, en cuanto a sentimientos, todo depende de la situación en la que se encuentre. Entre las cualidades más destacadas se encuentran la pasión y la perseverancia. A primera vista puede ser un mal comediante y un poco lento, pero en batalla todo cambia. Solo vasta un contacto visual para ver que este personaje esta decidido a seguir, y rendirse no es una opción.
A su vez, es un personaje pacifista, evitando cualquier tipo de batalla sería. Esto y su capacidad de concentración y calma le permitieron y siguen haciéndolo, un óptimo dialogo con su Zampakutoh.
Fujimaru posee un código propio, por así decirlo, de normas. Cumple no solo lo que se le es mandado, si es que tiene un superior, sino también las leyes que él mismo se impone.
Finalmente, no le guarda mucho rencor a la Sociedad de las Almas, pero sí cree que sería posible la convivencia entre Shinigamis y Vizard. Sin embargo, no dudará de ir contra ello si hacen algo que no va con su código o se le manda hacerlo.
Historia: Kudo Fujimaru, proveniente de una ciudad lejana de la cual el nombre ya no se nombra, nació un veinte de febrero en una familia de clase media con muchas deudas y embargos atrasados a su nombre.
Los progresos del chico eran fascinantes, a los siete ya era un experto en el idioma inglés, y atinaba aprender japonés, puesto a que su país de origen era de habla hispana. Todo era por el empeño y pasión sin igual que le ponía al estudio, no por que le gustase, sino porque era algo que creía que lo ayudaría luego. Lo veía como un deber, pero no con desgano.
Claro que, también este chico tenía otro lado. Era bastante travieso y también muy hábil, tal que, de pequeño, ya realizaba maniobras peligrosas como saltar rápidamente un lugar bastante alto, o correr de un techo otro.
Poco antes de pasar a la secundaria, se le fue otorgado una beca en una de los mejores colegios de la ciudad de Karakura, lugar muy renombrado donde seguro habría muchas oportunidades de empleo que quizá ayudasen a aliviar la situación de su familia.
Una vez dentro, no hizo muchas amistades, por no decir ninguna. Se burlaban de él y lo llamaban “Nerd” por el hecho de estudiar mucho y usar demasiado la computadora. En unos años los insultos se volvieron peores, llegando al límite: “Gay” por no tener algún tipo de relación con una mujer. El mayor problema era que sí existía, solo que no podía contarlo a nadie porque sonaría tan entupido, que se burlarían aun más. Había conocido y se había enamorado de una chica por medio del chat, que vivía al otro lado del mundo y que además, para volverlo aun más increíble, nunca le había mostrado foto alguna. Por esto era por lo que no guardaba rencor a los que lo insultaban, algún día les mostraría que él logró algo que ellos nunca harían y estos se morderían las uñas de la vergüenza. Tan decidido estaba, que a los diecisiete años, ya tenía el dinero suficiente para viajar. Una vez terminados sus estudios lo haría.
Era un aburrido viernes, el más cargado día del a semana, por raro que parezca. Fujimaru, siempre puntual, llega a clases veinte minutos antes de que empiecen. Como era de esperar era el primero en llegar, y sin más, sacaba el cuaderno para repasar los temas de los tres exámenes que tendría ese día. Poco a poco, los demás alumnos iban llegando. Entre ellos, uno de piel amarilla y ojos achinados, que se diferenciaba bastante de sus otros compañeros de clase.
Ese día era uno muy importante, que determinaría un gran porcentaje de la nota final de los alumnos, por eso todos y cada uno de ellos habían asistido. El profesor, ya delante de su escritorio, daba un suspiro y se disponía a tomar asistencia, aunque estaba bastante claro que no faltaba nadie. Probablemente lo hacia para ganar o perder tiempo.
Los hechos que prosiguieron a ese instante, fueron demasiado rápidos, tal que Fujimaru apenas pudo reaccionar.
Ese asiático, que se sentaba en una esquina del aula y siempre hablaba para sus adentros, no dudo en sacar un revolver de su mochila y comenzar a disparar a todos los allí presentes. En un movimiento de pelicula, Fujimaru se daba cuenta de la situación y evitaba las balas como podía. El inconveniente fue que esto no era la película “Duro de Matar 7” que se estrenaba esa semana en los cines más concurridos, y una bala no tardo en perforar su pecho. Al borde de la muerte, miró a su alrededor. Al parecer, había sido el último. En ese mismo momento los oficiales arrestaban violentamente al oriental. Si hubiera durado unos segundos más… Todo se volvió borroso y finalmente dio paso a la oscuridad…
Fue llevado al hospital, pero falleció poco después de ello.
Era ahora un alma, y la vida no se lo puso fácil. Escapó un par de veces de los Hollow, pero como dice el dicho popular “La tercera es la vencida”, pero esta vez esa frase no era para él. Fue atrapado y casi devorado por estos. Se podría decir que sus ganas de permanecer “vivo” fueron los que los salvaron en esa ocasión. Pero el terror apenas comenzaba. Había estado demasiado tiempo en el mundo humano y su cadena del alma ya solo tenía un eslabón restante. Para cuando los Shinigamis purificadores lo encontraron, este ya estaba en plena transformación. Hicieron un último intento de purificación, si este fallaba lo matarían. Para sorpresa, funcionó. Los Shinigamis contentos y a la vez torpes no reportaron nada acerca del incidente, error que luego traería caos en la Sociedad de las Almas.
La vida en Rukongai le fue un poco mejor. De todos los posibles distritos, “nació” en el más rico, aunque no era gran cosa. Para compensar la riqueza de la región, era un sitio donde de vez en cuando se producían ataques de Hollows con la intensión de saciar su hambre. No solo eso, sino que en este peculiar ataque, iban a por él puesto a que era uno de los pocos capaces de desarrollar su energía espiritual. Fue salvado por los miembros de la División 6, que de casualidad se encontraban ahí por un asunto mucho más importante. Su capitán, allí presente, vio su coraje y lo adoptó. Resultó que su familia era una de las pocas familias nobles.
Pasaron los años y Fujimaru ya era un oficial de rango, sirviendo bajo el nombre de su padrastro. Había salteado estudiar en la Academia Shinigami puesto que su ingreso a esta profesión ya estaba “arreglado” y había recibido entrenamiento personal.
Tras altas misiones de alto riesgo, fue ascendido a teniente. Ahí fue cuando los problemas comenzaron. En medio de las prácticas de entrenamiento se quedaba inmóvil y en consecuencia recibía algún que otro golpazo. No sabía que le sucedía.
Tuvo una larga y dura conversación con su capitán y a la vez padre en la que este le quito el puesto de teniente y le solicitaba que se tratase en la división cuatro. Ambos sabían que algo malo pasaba dentro de Fujimaru. El clima empeoró, provocando una discusión. Y en un segundo, el silencio invadió el despacho del capitán. El teniente llevó su mano a su cara, con un gesto de resistencia y pánico. Su rostro no tardo en ser envuelto por una máscara blanca poseedora de dos puntiagudas orejas y decorada con alguna que otra raya negra y roja. Ya no era él mismo, y su mano no tembló al matar a su padre.
Décadas transcurrieron luego de ese triste evento. Fujimaru, refugiado en Karakura, busca por primera vez a los de su tipo, los Vizards…