§ Vida Humana §
Nació en algún lugar de América del Sur, no puede recordar exactamente donde nació pues sus padres se la pasaban viajando de un lado al otro por cuestión de negocios. Su familia era adinerada y él podía comprarse lo que quería pero no podía disfrutarlo mucho al mudarse cada 2 meses a un nuevo país y a una nueva cultura, posiblemente no tuvo la infancia más feliz del mundo pero tuvo a los mejores maestros del mundo y aprendió diversos idiomas, llegando a poseer la pronunciación exacta del idioma que aprendía. Entre ellos se destacaban el inglés, el francés, el español, el italiano, el portugués, el alemán y por último el japones.
Todas aquel conocimiento le sirvió para optar a una de las mejores universidades del mundo, pero no se encontraba feliz con eso al recibir orden tras orden y sin descanso alguno. Solo poseía la edad de 15 años cuando fue aceptada en aquella universidad, el hecho de saber que estaría muy lejos de su madre le hacía estar feliz aunque no sabría que aquello jamás pasaría.
Unas semanas antes de irse, se preparaban todas las cosas, libros, ropas entre muchísimas otras cosas, aquello era un montón de maletas de aquí para allá. La cantidad era más que suficiente como para llenar unos 4 autobuses de solo estos, pensaba llevar la máxima cantidad de cosas para no volverlo a ver nunca más por eso fue cuando un día su padre no se encontraba y la mayoría de las sirvientas estaban ocupándose del jardín, la madre se le acercó a su hijo.
- Oye querido porque no vamos arriba para tomarte unas fotos antes de que te vayas. - En su rostro podía observarse una sonrisa malvada y sádica, pero el pobre de Nagara estaba muy feliz como para notar aquella sonrisa y pensando en que su madre lloraría con saber que no la volvería a ver pensó que seria un buen castigo antes de irse por completo y abandonarlos a ellos.
Al subir y entrar al cuarto la madre cerró la puerta e inmediatamente se lanzó contra su hijo, lo primero que hizo fue quitarla la camisa de un golpe a esta y empezar a sobar sus suaves pechos.
- Madre que haces. - Preguntó asombrado y al mismo tiempo aterrado, mientras intentaba zafarse de ella.
La madre no le respondía y solo seguía con aquel acto, removiendo su ropa poco a poco mientras su hijo intentaba pelear en vano pues esta logró quitarle toda la ropa y empezó a tocarlo, su hijo no podía hacer nada ni gritar podía por los vidrios aprueba de sonido que poseía aquel cuarto, no podía pedir ayuda y tampoco podía defenderse así que solo pudo quedarse observando como su propia madre le violaba una y otra vez sin descanso.
Claro que aquella imagen no estaría completa si la propia madre no filmaba aquello, pero no se quedó allí cuando también sacó una cámara digital y comenzó a tomar fotos mientras le violaba de aquella forma tan horrenda. Al terminar tomo varias fotos de este solo estando desnuda y en un estado bastante tétrico en realidad. Si se observaban sus ojos podían verse como solo le interesaba algo en ese momento y aquello era la venganza, una venganza que llevaría acabo esa misma noche.
- Si intentas decirle de esto a otra persona publicaré estas fotos en la universidad que tanto deseas ir. - Le dijo con tono cruel y amargo, pero aquello ya no importa porque sabía que antes de ir debía hacer algo.
Esa misma noche comenzó a llover como una expresión que había aprendido en el país de Venezuela "Empezó un palo de agua", refiriéndose a una cantidad desbordante de agua. También con una cantidad de truenos y relámpagos impresionantes, en un segundo la luz se fue y en ese momento se despertó la madre para su sorpresa se hallaba atada de las cuatro esquinas de la ama completamente desnuda, con la oscuridad solo podía verse una figura tirada en el piso igual de desnuda y otra portando una espada japonesa o también llamada Katana.
- ¿Quién demonios eres y qué quieres? - Gritó asustada.
En ese momento aquel ser comenzó a reír desenfrenadamente y comenzó a caminar en dirección a la madre de Nagara o mejor dicho a su propia madre cuando un relámpago hizo acto de presencia y alumbró todo el cuarto.
- A eres tú. - Dijo con tono de arrogancia y desprecio.
- Ven y quita estas cosas ahora. - Intentando zafarse de las sogas que lo aprisionaban.
- Pero antes de eso donde está tú padre. - Levantó su torso lo que más le permitía, solo para observar con otro relámpago como el cuerpo que se hallaba tirado en el suelo era el de este.
Nagara alzó su mano izquierda y le mostró la cabeza de esta, mientras una sonrisa enorme se dibujaba en su rostro y poco a poco se acercaba a su madre, el rostro de esta mostraba un temor enorme y más cuando lanzó la cabeza de su padre a la cama mientras caía dividida en dos por la Katana desparramando sangre por toda la cama incluyendo a su padre. Colocó la punta de esta sobre los labios inferiores de su madre y lo empaló como un pedazo de carne en una barbacoa, donde usas un palillo de madera para cojer varios pedazos de carne o pollo para cocinarlos después.
Desafortunadamente para la madre, aquel ataque no la mató y él no terminó allí cuando prosiguió halando y empujando la katana dentro del cuerpo de su madre. En ningún momento de aquella masacre dijo una palabra solo cuando estuvo a punto de matarlo fue que se pudo escuchar su voz.
- ¿Lo has disfrutado tanto como yo? - Le dijo al notarse como un fluido blanco bajaba por su pierna y comenzaba a reírse sádicamente para sacar la katana de golpe y producirle un corte desde los labios inferiores hasta el corazón, aquello no la mató de inmediato pero solo lo hizo sufrir por un par de segundos antes de por fin morir.
- ¡Que impresionante! - Se escuchó cuando volteó su rostro para observar un sujeto con una especie de máscara blanca partida en su rostro antes de propinarle un golpe con su dedo indice y con ello destruir su cráneo mientras su cabeza era arrancada de su cuerpo.
Lo último que supo fue que apareció en un lugar árido y poseía un poder increíble al igual que un cuerpo diferente al de antes, no sabía como se había convertido en aquel monstruo pero no le importaba mientras obtuviera más poder, aunque no podía recordar en lo absoluto como se había convertido en aquella etapa denominada como un menos grande.