Nombre: Reiji Kurogane.
Sexo: Masculino.
Poder Especial: Su poder consisten en transformar su cuerpo, tanto total como parcialmente, en el de un híbrido de dragón que no sólo posee capacidades físicas (fuerza, resistencia, velocidad, agilidad) y sentidos (vista, oído, olfato) superiores a los de un ser humano normal, sino que, también, cuenta con la facultad de incrementar a voluntad su temperatura corporal hasta límites insospechados. Convirtiéndolo en alguien con la habilidad de calentar sus escamas al punto de poder generar quemaduras de diversa intensidad sobre aquel que las toque o, incluso, de calentar sus órganos internos con el fin de lograr exhalar fuego desde su boca.
Armas: No porta armas. Lo único que utiliza para combatir es el cuerpo que durante años ha entrenado arduamente.
Aspecto: Reiji es un muchacho de unos dieciocho años que cuenta con una complexión atlética y una musculatura bien definida, obtenida tras años de arduos entrenamientos, que le brindan las capacidades físicas necesarias como para desenvolverse día a día. Su peso ronda los sesenta y tres kilogramos mientras que su estatura, aproximada, es de un metro con setenta y cinco centímetros. Su rostro constantemente se ve adornado por un semblante serio que acompañado por el seño fruncido que, comúnmente, porta da la impresión de que se encontrara molesto por algo; cuando realmente no es así. Cuenta con un moreno tono de piel que permite que sus fuertes rasgos faciales y sus brillantes orbes avellana se vean, considerablemente, resaltados; orbes que, sin importar la situación en que se encuentre, siempre desprenden una determinación única que no se extingue con nada. Su cabello es de un llamativo color naranja que está constituido por una serie de sedosos y alborotados mechones que en cierto punto forman una especie de división, causando que algunos de ellos se eleven o se inclinen dependiendo del sector en que se encuentren ubicados mientras que el resto pasa a formar un flequillo que cubre parte de su rostro.
Al poseer una extraña mezcla de ADN, Reiji es capaz de modificar la forma de su cuerpo hasta convertirlo en el de un dragón cubierto de resistentes escamas rojas y doradas que cuenta con la capacidad física necesaria como para elevar objetos o seres más pesados que él e, incluso, unos sentidos capaces de detectar hasta los más leves cambios en las corrientes de aire. Su cuerpo mantiene la estructura básica de un ser humano junto con la capacidad de mantener su peso sobre sus patas traseras. Su cabeza varía su forma, adquiriendo un hocico con filosos dientes en su interior, y obtiene una serie de cuernos dorados que se abren paso hasta su región cervical. Sus manos y pies se convierten en, verdaderas, zarpas con una dureza que dificulta el sólo hecho de romperlas y un filo capaz de despedazar sin problemas a aquel que ose cruzarse en su camino. Una poderosa cola con un filoso cuerno en su extremo hace aparición en su cuerpo y le otorga variadas utilidades al momento de combatir. Y, finalmente, dos enormes alas surgen a la altura de sus escapulas, brindándole la capacidad de surcar los vastos cielos e, incluso, de defenderse si así lo cree necesario.
Carácter: Reiji es un joven de carácter serio que mantiene sus sentimientos ocultos tras una máscara de frialdad que evita que otros sean capaces de leer todo aquello que con recelo mantiene oculto en el interior de su corazón; pero esto, a su vez, causa un distanciamiento entre él y las personas que constantemente lo rodean, convirtiéndolo en alguien solitario que pocas veces es capaz de forjar una amistad verdadera. Cuando esto ocurre, los afortunados gozan de la oportunidad única de conocer su verdadera forma de ser, sin barreras que les impidan el paso, junto con su absoluta lealtad que lo obliga a apoyarlos hasta el final y a protegerlos sin importar las consecuencias que ello le pueda conllevar, convirtiéndolo en alguien capaz de arriesgar la vida con tal de salvar a sus amigos. Es tranquilo así que no tiende a perder la calma con facilidad y mucho menos a enfadarse; pero las pocas veces que lo hace se olvida de todo lo que le rodea, incluso de sí mismo, y se comporta como una verdadera bestia salvaje capaz de destruir todo aquello que se cruce en su camino. Sin importar que se trate de un aliado o enemigo. Jamás actúa por mero instinto, siempre utiliza su cerebro para pensar las cosas cuidadosamente antes de entrar en acción e, incluso, se vale de su inteligencia y agilidad mental para idear complicadas estrategias en cuestión de minutos. Es observador. Constantemente se fija en detalles que otros pasan por alto, muchas veces por no considerarlos importantes y otras por mero descuido; pero que en variadas ocasiones terminan siendo factores decisivos al momento de combatir o, incluso, en la vida diaria. Es obstinado como ninguno por lo que jamás da sus causas por perdidas y, por sobretodo, cuenta con una implacable determinación que lo impulsa a continuar avanzando sin importar el tiempo que pase, los obstáculos que se crucen en su camino ni las dificultades por las que deba pasar.
Atuendo del PJ: Suele utilizar ropa bastante común para los jóvenes de su edad. Unos holgados pantalones, fabricado con suave tela marrón, que cuentan con una serie de bolsillos ubicados en diversos sectores – dos a una distancia suficiente como para que sus manos se cobijen en ellos y otros dos a la altura de los glúteos – y que son de gran utilizada como para almacenar objetos de uso diario. Una ceñida playera de cuello tipo v, fabricada con suave tela burdeo, que permite que su moldeada musculatura se vea notablemente resaltada. Una chaqueta negra con dos franjas blancas ubicadas de forma vertical en las mangas y un cierre blanco que tiende a dejar desabrochado con el fin de lucir su playera. Finalmente, como complemento de sus ropajes, utiliza un cinturón de cuero negro que posee una hebilla plateada en forma de ovalo en cuyo centro se encuentra grabada una “X” y un colgante de plata con una cruz en su extremo.
Historia: Sometido por su propio padre, un científico militar, a una serie de experimentos que desde muy pequeño sólo tuvieron el fin de convertirlo en un arma capaz de combatir los, constantes, ataques de hollows en el mundo real y es que, gracias a su reiatsu fuera de lo común, no sólo contaba con el poder necesario como para hacerlo, sino que, también, poseía la habilidad necesaria como para distinguir a la perfección a aquellos malignos espíritus. Cada uno de esos experimentos era terriblemente doloroso para el muchacho; pero no sólo para él, pues otros niños con habilidades similares habían sido alejados de sus padres y utilizados como sujeto de pruebas para cada uno de los experimentos que buscaban adaptar sus cuerpos con el fin de convertirlos en los recipientes perfectos de algunas poderosas almas encerradas en el interior de ancestrales rocas. Muchos de aquellos sujetos de prueba, incluido Reiji, intentaron escapar en variadas ocasiones de las enormes instalaciones subterráneas en las que día a día eran recluidos como prisioneros; pero ninguno logró escapar, muchos murieron en el intento y otros fueron capturados antes de llegar a la salida de la planta en que eran recluidos, así que con el pasar de los años dejaron de intentarlo.
Durante los años restantes, los jóvenes experimentos se fueron aclimatando al trato que se les daba en aquel sitio o, mejor dicho, se vieron obligados a hacerlo. Incluso algunos de ellos entablaron estrechas relaciones de amistad que los ayudaron a soportar sus dolorosas vidas. En el caso de Reiji, la persona que evitó que se rindiera y se convirtió en la luz que iluminó su ser hasta desvanecer la oscuridad que lo rodeaba fue una agradable muchacha llamada Akane, la que, al igual que el resto, se encontraba prisionera en aquel sitio debido a las inigualables habilidades que muchas veces llegó a considerar una, verdadera, maldición. Ambos se volvieron inseparables. Todos aquellos que cometían la osadía de intentar separarlos sufrían la ira del muchacho que, a pesar de ser bastante tranquilo, cuando se trataba de su gran amiga se convertía en una bestia capaz de arrasar con todo lo que se cruzara en su camino e, irónicamente, la única persona que tenía la habilidad de sacarlo de aquel estado era la misma que lo ocasionaba…Akane.
Al cumplir trece años, Reiji y Akane fueron escogidos como recipientes de dos poderosas bestias causantes de enormes catástrofes en el mundo. El primero fue elegido para almacenar el alma de un antiguo y poderoso dragón que logró destruir en tan sólo un día una civilización entera mientras que la segunda fue escogida para portar en el interior de su cuerpo el alma de la harpía causante del hundimiento de cientos de navíos a través de los años. Ambos fueron sometidos a una exhaustiva cirugía a la que sólo logró sobrevivir Reiji. Esta provocó una mutación en su ADN que le brindó la capacidad de transformar su cuerpo en el de un hibrido de dragón con todas las habilidades de la bestia encerrada en el interior de su cuerpo. En el instante en que el muchacho logró abrir los ojos, lo primero que buscó fue a su querida amiga y al no poder encontrarla decidió buscarla en los pasillos; lugar en que se enteró de la trágica verdad. Su amiga había fallecido y él no había sido capaz de hacer nada para evitarlo. Con ese pensamiento recorriendo su mente, Reiji comenzó a expulsar todo su reiatsu causando gran caos y destrucción en las instalaciones subterráneas que ese día desaparecieron en su totalidad junto al proyecto de creación de súper soldados.
Tras ese suceso, los pocos supervivientes escaparon del lugar y tomaron diferentes rumbos. Algunos con la intención de rehacer sus vidas y otros sólo con el propósito de buscar un lugar al cual pertenecer. Reiji, por su parte, se dedicó a vagar sin rumbo fijo a medida que realizaba la misión para la que lo habían creado…acabar con hollows; pero no lo hacía por aquellos que tanto daño le habían causado, al contrario, lo hacía para proteger a aquellas personas que, al igual que Akane, sólo deseaban tener una vida normal en la que no tuvieran que preocuparse por nada más que sus responsabilidades diarias. Cosa que no resulta tan fácil cuando existen monstruos amenazando, constantemente, a los seres humanos con el único deseo de sembrar caos y destrucción.
