Nombre: Lans Hertel.
Jugador: Lans Hertel.
Sexo: Hombre.
Rango: 4 Oficial
Escuadrón: 11 Escuadrón
Zampakutoh: ryū akai (Dragon Rojo).
Forma materializada y mundo interior:
Palabras de liberación del Shikai: ryū akai semeru (Dragon Rojo ataca).
Shikai: Al liberar el Shikai la hoja de la Zanpakutoh se tranforma en fuego ardiente que quema a sus oponentes cuando menos lo esperan. Con tan sólo decir unas palabras (Ryu Akai Nobasu) esta se estira y puede maniobrarse como uno lo desee. Clavando su espada fuertemente contra el suelo y diciendo Ryu Akai Yakeru, un círculo se forma alrededor del enemigo y quema todo en su interior.
Palabras de liberación del Bankai: Bankai ryū akai korosu (bankai dragon rojo mata)
Bankai: Al liberar el Bankai la Zanpakutoh se tranforma en un Dragon de fuego gigante, que ataca a los enemigos directamente siendo muy difícil esquivar sus golpes. Invocando el segundo poder, a Lans le crecen unas poderosas alas de dragón sirviendole para defenderse de ataques potentes, desviándolos hacia su objetivo.
Aspecto: Lans Hertel mide 1.98, tiene pelo largo color rojo anaranjado. Posee un gran fisico y varias cicatrices en su cuerpo, debido a sus batallas. Su uniforme se encuentra siempre en mal estado. Lo que mas sobresale es su sonrisa diabolica al ver gente sufriendo.
Caracter: Lans posee una personalidad fria y oscura, es bastante cerrado. Sus compañeros no se le acercan por temor, tiene fama asesina, pero sus amigos de la infancia saben que siempre se puede contar con el.
Historia: Nació en Jamaica en época de dictadura. Vivió toda su vida en la pobreza, para subsistir robaba comida en bares. Sus padres lo abandonaron al nacer por motivos desconocidos.
Al entrar en la adolecencia éste conoció a otros jovenes que integraban una pandilla anti-nacionalista (los "Red Dragons"), combatian al gobierno y no respetaban las leyes (eran anarquistas).
En un golpe militar a su pueblo, estando el ejercito reprimiendo a su gente, los "Red Dragons" no dudaron en defenserse.
Juntaron piedras y todo tipo de arma blanca. Se abalanzaron sobre las balas de "goma" ( segun el gobierno represor), siendo capturados por los genocidas y enviados a torturar.
Finalmente Lans y la mayoria de sus combatientes mueren horrorosamente en prisión.
Inmediatamente, su alma ingresa al Rukongai conducido por un shinigami que se encontraba en servicio en la cercanía del hecho. Pasaron los dias en este lugar desconocido para el revolucionario sin podes encontrar a sus amigos, sus actos fallidos lo convenció de que algún dia el destino los uniría nuevamente.
Una noche oscura, unos hollows aparecieron, provocando terror entre las almas. El muchacho, sin poder quedarse mirando, agarró un palo y acabo con 5 de ellos. Ya cansado, miró hacia atras descubriendo 10 salvajes más. Cayó de rodillas, miró hacia arriba, recordando a sus compatriotas por ultima vez. Cerró los ojos y escuchó un fuerte grito de dolor, los abrió rapidamente y vió a los cadaveres sobre el suelo. Parado en frente de él, se encontraba un hombre alto y de buena presencia que le estrechaba la mano, diciendole:
-Admiro tu valentía compañero.
Hertel preguntó con curiosidad:
-¿Quién eres?
Con vos relajada, el hombre respondió:
-Perdón, que maleculado que soy, me presento: Nihonshiki Namekurin, capitán del undécimo escuadron, a sus servicios.
-Gracias por rescatarme, ya pensaba que este era mi fin. Agradeció el anarquista.
-Dejemos los agradecimientos para despues, voy al grano. Vi como luchaste, esa forma salvaje de pelear me interesa mucho. Me encantaria poder entrenarte y convertirte en shinigami, ¿aceptas mi propuesta?. Preguntó Namekurin.
-Si tu entrenamiento sirve para defender a los mas necesitados, acepto. Dijo el valiente muchacho.
-Perfecto! Ven conmigo. Exclamó el capitán.Disculpa, no te he preguntado el nombre, ¿Cómo te llamas?.
-Hertel, Lans Hertel. Respondió.
Así fue como Lans luego de 5 duros años de entrenamiendo se convirtió en un exelente shinigami, entrando al undécimo escuadrón.
A los pocos meses su maestro murió asesinado por alguien de la sociedad de almas, llevando a Hertel a desconfiar de todos y adquiriendo lentamente una personalidad muy cerrada y oscura, una mirada asesina...